Adalid

Dependiendo del periodo en cuestión, antiguamente se llamaba adalid (o adalil, por disimilación-asimilación consonántica) a la segunda persona al mando de una Hueste, pues no tenía otro superior que el caudillo. En otros casos y según la época, el título de "adalid" parece ser que también se utilizó como sinónimo de "caudillo".[1][2]

La voz adalid se deriva de la árabe delid, que significa mostrador, porque enseñaba el camino e iba adelante para acometer al enemigo.

Historia

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El modo como se elegía el adalid era particular: se juntaban doce adalides y en falta de alguno de estos, otros oficiales de graduación, y juraban en manos del rey que el candidato tenía las circunstancias necesarias para el desempeño de este empleo. Hecho el juramento, el rey u otro en su nombre le daba una espada y se la ceñía. Entonces se ponía de pie sobre un escudo; el rey o su representante le desenvainaba la espada y se la ponía en la mano. Los adalides le levantaban en alto colocándole de cara al oriente y el electo dando al aire un tajo y un revés con la espada, hacía la forma de la cruz y decía:

Yo N. desafío en el nombre de Dios á todos los enemigos de la fe, é de mi Señor el Rey é de su tierra

ejecutando lo mismo hacia los otros tres puntos cardinales de la tierra. Concluida esta ceremonia, envainaba su espada y el rey le decía:

Otórgote que seas adalid de aquí adelante.

Y así concluía la ceremonia de imposición de cargo.

Bibliografía

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Véase también

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Referencias

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  1. Diccionario histórico de la lengua española (1933-1936) Consultado el 29 de Mayo de 2024.
  2. Etimología de Adalid Consultado el 29 de Mayo de 2024.