Maya (folclore de España)

Maya en Colmenar Viejo (Madrid)

En el folclore español, se denomina maya a un personaje, casi siempre una niña o joven, ataviada con una corona u otros adornos con flores, que se sienta en altares improvisados o canta y danza por las calles pidiendo propinas durante las fiestas populares conocidas como fiesta de la maya o fiesta de los mayos, que tienen lugar usualmente a principios del mes de mayo. También se conoce como «mayos» a los muchachos que rondan a las mayas o que participan de estas celebraciones. En algunos lugares, las mayas y mayos son figuras hechas de madera o troncos de árbol. Aunque no se conoce exactamente, se sospecha que el origen de las mayas se remonta a rituales muy antiguos cuyo propósito era celebrar la llegada del verano. Las primeras menciones a las mayas en la literatura datan de la Edad Media y sus festejos, con ligeras variaciones, se celebran aún en tiempos modernos en bastantes localidades repartidas por gran parte de España.

Manifestaciones

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Mayas en Pedro Muñoz (Ciudad Real)

En su manifestación más extendida, las mayas son niñas, generalmente preadolescentes, que durante las festividades del mes de mayo se visten de blanco con coronas, guirnaldas y mantos decorados con flores y se sientan en una silla a modo de trono o altar en la calle, mientras otras muchachas que forman parte de su cortejo bailan y piden dinero y golosinas a los transeúntes «para la maya». Esta tradición se describe ya en el Diccionario de la lengua castellana de 1734.[1]​ Otros autores documentaron estas fiesta en Sevilla, Voto (Cantabria) y Euskadi, donde la maya era conocida como mayatz anderea o «señora de mayo».[2]​ Las fiestas de las mayas celebradas en Burgos hasta mediados del siglo XX también obedecen a esta descripción,[3]​ y las actuales fiestas celebradas en el siglo XXI en la comunidad de Madrid, como Colmenar Viejo[4]​ o El Molar,[5]​ y la Villa de Madrid, Olivenza en la provincia de Badajoz,[6]​ algunos pueblos de la comarca de la Sisla en Toledo, como Orgaz[7]​ y Arizcun, en Navarra,[2]​ cuentan con los mismos elementos básicos. Esta tradición existe también en otros países europeos, como Francia y Gran Bretaña, donde se conoce a la maya como «reina de mayo».

Tradicionalmente, se relata la costumbre de sentar a una niña y un niño en al altar, como símbolo del matrimonio, tal como menciona Sebastián de Covarrubias en la parte segunda del Tesoro de la lengua castellana (1613). Esteban Terreros y Pando describe también el elemento del cortejo en su definición de la palabra «maya»:[2]

Maya llaman en algunos lugares a una muchacha a quien un mancebo a quien llama ella su Mayo, regala y sirve por todo el mes de Mayo con flores: adórnanse uno y otro con ellas; de modo que se presentan con particular gracia de donde se pronunció después guturalmente con esta misma significación Majo, Maja en lugar de Mayo y Maya
Diccionario castellano de Terreros y Pando (1786-1793)

Como ejemplo, existen alusiones a las celebraciones en el mes de mayo en la zona de Saldaña, provincia de Palencia en el siglo XVIII, durante las cuales los jóvenes rondaban a las muchachas por la noche, cantado coplas y dejándoles ramos en las puertas de sus casas.[8]​ Parecida costumbre se ha documentado también en Castilla-La Mancha en el siglo XX.[9]

Maio gallego

En otras poblaciones, la maya o el mayo se refiere a una figura de madera sacada en procesión o un tronco de árbol. En el sur de Galicia, la costumbre de sacar los mayos está resurgiendo en varias localidades; los mayos o maios tradicionales gallegos son figuras de palo, recubiertas de adornos vegetales, flores, naranjas y cáscaras de huevo y de forma cónica, reminiscente a un árbol, aunque en las celebraciones modernas pueden adoptar una gran variedad de formas.[3]​ En partes de Castilla y León y del norte peninsular se izan o «pinan» o «pingan» mayas y mayos hechas de troncos de roble, haya o chopo según el lugar, animados por los cantos y bailes de las muchachas y los vecinos;[10]​ se pueden mencionar, por ejemplo, las de algunas zonas de la provincia de León, como el alto Esla,[11]​ y Cantabria —en la comarca de Liébana, y valle del Besaya—.[12][13]​ En lo alto de la maya se coloca el «ramo», una figura hecha de madera y adornada de flores y hoja, que los jóvenes intentan recuperar trepando por el tronco.

Manifestaciones religiosas

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Debido a la influencia de la Iglesia católica, que buscaba despojar a las festividades paganas de su propósito original, varios elementos tradicionales de las festividades de mayo han adquirido un tinte religioso. En muchos aspectos, la maya-niña representa los mismos ideales de virginidad y castidad que la Virgen, de ahí la dedicación del mes de mayo a la Virgen María, que ha pasado a ocupar el papel de la «reina maya» en algunas tradiciones populares.[14][2]​ La celebración de la Santa Cruz el 3 de mayo podría ser otra adaptación semejante de las fiestas paganas, por los símiles entre los árboles de mayo y las cruces exhibidas en esta celebración.[9]

Cruz de Mayo en Beas de Segura (Jaén)

Origen e historia

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La figura de la maya, representativa de la transición de niña a mujer se encuadra en los ritos precristianos encaminados a celebrar el final del invierno, la fertilidad y lo femenino. Muchos autores le presumen un origen prehistórico, en el Neolítico. Otros señalan las similitudes con las fiestas que los romanos celebraban en primero de mayo en honor de la «diosa buena» (Bona Dea), que simbolizaba la fertilidad, la castidad y la salud, equiparada con la diosa griega Maia y con Fauna; también existen paralelos con el culto a Deméter y a Afrodita. La expansión del Imperio Romano habría contribuido a extender estos cultos y ritos asociados a ellos. Algunos, como Florentino López Cuevillas y Vicente Risco, por su parte, mencionan un posible origen celta, ligado a la festividad de Beltane.[14][1][7]

De la Edad Media datan las menciones en el Libro de Alexandre y en un cantar juglaresco del siglo XIII que reza así:[2]

Sedie el mes de mayo coronado de flores

afeitando los campos de diversos colores
organeando las mayas e cantando d'amores

espigando las mieses que sembran labradores.
Cantar del juglar portugués Barroso

Durante el Siglo de Oro, se encuentran alusiones a las mayas en la obra de autores como Tirso de Molina, Quiñones de Benavente o Lope de Vega.[8]

Esta Maya se lleva la flor,
que las otras no.
Esta Maya tan hermosa.
Tan compuesta y tan graciosa,
viene a ser de Cristo esposa,
y la palabra le dio,que las otras no.
Auto sacramental La Maya (Lope de Vega)

De esta época también existe evidencia de la popularidad de las mayas entre la aristocracia y personas asociadas a la corona; Basilio Sebastián Castellanos hace una mención a la celebración de las mayas en el palacio real en el año 1622 en su obra Costumbres españolas. De la galante festividad floral llamada del mayo o de la hermosa maya (1847).[14][15]

Otras alusiones a las mayas aparecen en prohibiciones y anatemas emitidas por la iglesia con el propósito de acabar con fiestas y manifestaciones de origen pagano, ya desde la Alta Edad Media. En el siglo XVIII se unieron al clero los intelectuales ilustrados, que deseaban extirpar las antiguas tradiciones rústicas y supersticiones. Se tienen noticias de prohibiciones de las rondas nocturnas, así como «poner mayos ni mayas», aunque estos intentos no siempre contaban con éxito.[8]​ Asimismo, en Santiago de Compostela el cabildo prohibió la entrada de las mayas en la catedral, por la indecencia de sus danzas y actuaciones.[16]​ El conde de Aranda intentó acabar con esta costumbre a mediados de siglo, argumentando que las mayas molestaban a los transeúntes e imponiendo multas y encarcelamiento para los responsables de las transgresoras. Pocos años después Carlos III prohibió la puesta de altares callejeros y las solicitudes de propinas.[2]

Al mismo tiempo se dio el proceso de imbuir a los antiguos ritos con un simbolismo cristiano, como la asimilación de la figura de la maya con la Virgen María.[7]​ La tradición se documenta de manera continuada hasta principios o mediados de siglo XX, cuando empezó a desaparecer en bastantes lugares; en varios lugares ha tenido lugar un resurgimiento de la costumbre desde finales del mismo siglo, en ocasiones gozando de apoyos institucionales debido a su interés etnográfico y turístico.[4][6][17][18]

Véase también

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Referencias

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  1. a b «Origen de la fiesta de la Maya». Muévome. Archivado desde el original el 18 de enero de 2014. Consultado el 18 de enero de 2014. 
  2. a b c d e f Roscales Sánchez, Mary (2004). «Las Mayas-niña de la Junta de Voto: representación simbólica de la pureza como virtud de género» (PDF). Zainak 26: 445-457. Archivado desde el original el 3 de febrero de 2014. Consultado el 2 de febrero de 2014. 
  3. a b González Blanco, Fernando (1984). «Dos fiestas infantiles perdidas en Burgos:Las Mayas y El Arco de San Juan». Revista de Folklore (Fundación Joaquín Díaz). 4a (42). 
  4. a b Pedrosa, Diego (2009). «Ciclo de Festejos». Colmenar Viejo a través del tiempo. Archivado desde el original el 18 de diciembre de 2014. Consultado el 18 de enero de 2014. 
  5. «La fiesta de la Maya de El molar de 2010 en imágenes». Muévome. 7 de mayo de 2010. Archivado desde el original el 18 de abril de 2011. Consultado el 26 de enero de 2014. 
  6. a b Vega González, José Jaime (10 de mayo de 2007). «La fiesta de las mayas llenó Olivenza de pétalos y flores». Hoy. Consultado el 22 de enero de 2014. 
  7. a b c Gómez Fernández-Cabrera, Jesús. «Las mayas». Villa de Orgaz. Archivado desde el original el 12 de junio de 2013. Consultado el 22 de enero de 2014. 
  8. a b c Ayuso, César Augusto (2005). «Actuación popular y censura eclesiástica. Costumbres de mocedad en Palencia en el XVIII». Revista de Folklore (Fundación Joaquín Díaz). 25a (290). 
  9. a b Freire Martín, José (1995). Piedrabuena: Mayos y Cruces. Diputación Provincial de Ciudad Real. 
  10. Maestro García, Luis María. «Pinar el mayo». Rincón de las buenas Costumbres. Archivado desde el original el 30 de enero de 2014. Consultado el 30 de enero de 2014. 
  11. «Pinando "el mayo" en Riaño». Revista Alto Esla. Archivado desde el original el 29 de agosto de 2009. Consultado el 30 de enero de 2014. 
  12. «Fiestas». Asociación Cultural Amigos de la Vijanera. Archivado desde el original el 30 de enero de 2014. Consultado el 30 de enero de 2014. 
  13. Gutiérrez Fernández, José Manuel. «El mayo, una tradición lebaniega» (PDF). valledeliebana.info. Consultado el 30 de enero de 2014. 
  14. a b c González Pérez, Clodio (1983). «Fiesta de los "maios" en Galicia». Revista de Folklore (Fundación Joaquín Díaz). 3a (29). 
  15. de Castellanos de Losada, Basilio Sebastián (1847). «Costumbres españolas. De la galante festividad floral llamada del mayo o de la hermosa maya». Museo de las Familias (Madrid) V: 90. 
  16. de Jovellanos, Gaspar Melchor (1858). Memoria para el arreglo de la policía de los espectáculos, diversiones públicas, y sobre el origen en España. volumen I de sus Obras. Madrid. p. 488. 
  17. Garrido Barragán, Luis (2011). «Danzas rituales en la provincia de Badajoz». Raíces y Tradiciones (Federación Española de Agrupaciones de Folclore) (14). 
  18. «La fiesta de la Maya de El Molar declarada de Interés Turístico». Comunidad de Madrid. 5 de mayo de 2011. Consultado el 26 de enero de 2014. 

Bibliografía

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González Palencia, Ángel; Mele, Eugenio (1944). La Maya: Notas para su estudio en España. Consejo Superior de Investigaciones Científicas.